En lo que creo (J.G. Ballard)

"Creo en mis propias obsesiones, en la belleza del choque de autos, en la paz del bosque sumergido, en la excitación de un balneario desierto, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos para coches de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados"

martes, 6 de julio de 2010

sin seguro, como corresponde

La mañana de este martes 06 de Julio está oscura. Este martes 06 de julio definitivamente será recordado como un día de mierda. Tiene cara de lluvia. Tiene cara de celebración mortuoria, de desdpedida, de asesinato. Tiene cara de perdedor.

Cuando me bajé de la micro recibí un llamado de Chandy. Llorando con rabia me dice que el auto no está que se lo robaron. Es decir que cuando yo salí de casa y no lo ví era porque realmente ya no estaba. Ósea que ese auto que sentíamos como nuestro pero que en realidad era del banco hasta que pagáramos las 30 y tantas cuotas de la concha su madre ya no es ni nuestro ni del banco sino del hijo puta que se lo llevó. Hijo puta que ojalá sepa qué hacer con las dos sillas de guagua –prefiero el trueque que la venta, cambia la silla por macoña tontoculo-. Me gustaría que el cabrón le de su tiempo a los CDs de Mazapán, Violeta Parra, la Charito Cofré y todas las canciones de cuna que tanto gustaban a Ema. Por ahí hay un cabro chico en la familia del ladronzuelo. Hijo de la grandísima puta que espero respete el concierto de Lou Reed en santiago de chile y que lo escuche el muy infame sobre todo en las canciones en que Lou cortaba cuerdas de puro prendido. Miserable que quisiera saboree realmente esos aceites de oliva, merkenes, jaleas de vino y los nuevos productos artesanales del sur de chile. Me lo imagino al huevón con sus brokacochi comiéndose estupendamente el paté de ciervo y los jamones de jabalí, jil culiao cómprate una marraqueta y acompáña con un vinito por favor. Querido sociate, ladrón de mierda que no sabes como nos cagaste reconcha su madre, ocupa el auto para pasear, lleva a tu minoca a la playa, dale un polvito en el asiento del copiloto y si te aburres porque ves otro más grande y más nuevo, entonces pásalo a dejar, usted ya conoce la dirección.



(Hoy Uruguay se juega el paso a la final del mundial)

lunes, 5 de julio de 2010

Qué rico es pedir a gritos un tema de los beatles

Más prendido que televisor de conserje me dijo un apoderado del jardín. Se suponía que hoy todos lo pasaríamos bien (peña solidaria, cuota de 5 mil pesos por persona, comida orgánica y guitarreo onda la casa en el aire*). Frente a la amenaza copuchenta del papá paquetón me defendí ayudando en la barra (escenario de alto riesgo que se vuelve en tu contra). Destaqué. La banda invitada es solidaria y me presta maquillaje. Mientras los lindos canjean el navegado de la entrada, yo una piscola con dos hielos, vaso plumavit tamaño medio. Dato relevante y urgente: el tamaño si importa, la cantidad también. En un dos por tres la voz se vuelve segura y fuerte. En otro dos por tres ya desembocamos en el famoso exceso de entusiasmo que, observado desde la distancia dolorosa del día después, reivindica la coprolalia y el hueveo califa, una revuelta poquín anárquica, último pestañeo, un coqueteo con la muerte –simbólicamente representada en mi bella señora-. Comportamiento prehistórico, salvajismo adolescente e incomprendido.

Querido familiar no te sorprendas con el desenfreno y la ausencia de autocontrol, siempre puede ser peor.



*y así todo se llamaba peña.