Escribo porque me gusta. Así me informo sobre mi estado personal porque
es la manera que conozco de hablarme a mí mismo y ordenar mis asuntos, marcar
lo que me importa, lo que odio, mis naufragios.
Esta semana se llena de
conmemoraciones patrias en los establecimientos educacionales de la nación,
ninguna de ellas refiere al golpe de estado ni al 11 de septiembre. No hay
referencias a la fisura, al quiebre, a los degollados, torturados,
desaparecidos; ni al absolutismo, ni a los toques de queda, ni a los miedos, ni
a las heridas con que la gente tubo que sobrevivir. El miedo al otro, al sapeo,
el miedo a los pacos, tiras, al civil armado. No hay lecturas que trasciendan
las herencias nefastas de la dictadura, nadie dice nada porque aprendimos a
justificarlo todo. Es una pena, los niños aprenden ignorando el pasado.
En el Club de Pesca cuentan que hasta
hace un par de años la directiva estaba compuesta por un presidente socialista,
Moncho Parra, y un tesorero de nombre NN que fue carabinero de la comisaría Nº
32 y que ahora último fue pasado a retiro. Los mismos jugaban al pillarse
después del 73, a punta de balazos el paco había conseguido que el socialista
pasara a la clandestinidad y luego a la argentina arriba de una mula. La
familia del socialista no lo vio por años. El Paco se cagó de risa por el mismo
tiempo. Ahora se juntan quincenalmente a chupar y hablar lesuras con sus
compinches, juegan a poner reglas y tomar actas, a comer asados y cocimientos y
una que otra vez salen de pesca. Más les importa el campeonato que organizan en
Noviembre. Esos dos podrían ser símbolo de algo, hacer una ronda charlista por
cada una de las escuelas y declarar el Nunca Más como algo sagrado. Menos
cueca, menos trotecito norteño, menos banderas y más verdad. No necesitamos
banderas. En nombre de ella qué tropelías no se han llevado a cabo.
La cantidad de videos documentales,
imágenes, especiales de prensa, algunos perdones rascas, discursos encumbrados,
todo eso no tiene correlato en las escuelas y liceos; pareciera que se vive en
mundos separados. O no tanto, tal vez se trata de viejas fachas que impiden que
eso ocurra y se hable. Es muy de directora reculeca eso de que todo lo que se
hace en esta escuela yo tengo que saberlo, no se mueve una hoja dijo pinocho.
Ayer me salí de un grupo de conversación que mantenía con compañeros de colegio
porque me aburrieron con fotos y comentarios que instalan la sospecha de lo que
ocurrió al estilo del esquizo Mamo Contreras que ayer nomás sale diciendo que
nunca la DINA hizo nada malo. O, para ser más preciso, en la onda de justificar
lo que pasó, cuando ya a estas alturas lo que queda claro es que nada puede
justificar el horror. Me da lo mismo que abunden fotos pelambres con la gorda
Michelle, no se trata de ella ni de la nueva vieja mayoría, se trata de cada
una de las weas terribles que se hicieron en nombre de qué ¿?.
Ayer leía las entrevistas que aparecen
en Ciper sobre la escritora Mariana Callejas la mujer de Michael Townley, el
gringo mercenario (muy mal pagado además el pelotudo) que acompañado por ella
en viajemisión, le puso bombas a Prat y su mujer y a Orlando Letelier y secretaria
en el extranjero. Operaba con el nombre de María Luisa Pizarro, su chapa en la
DINA, a principios del 75 acompañó a su maridomercenario a una misión de
exterminio de opositores en Ciudad de México. La idea era dar un golpe histórico,
pues entre los objetivos estaban Tencha Allende, Carlos Altamirano y Volodia
Teitelboim, pero resultó un completo fracaso. No dieron con los opositores y
por poco explota la casa rodante en que viajaban. Ella la que tenía su casona
en Lo Curro donde se realizaban talleres de escritura al mismo tiempo que se
torturaba en el subterraneo, la misma casona donde se realizaban estupendos
cocteles con los milicos e invitados extranjeros más chacales de la historia
reciente. Historias que ya fueron ficcionadas por Roberto Bolaño en Nocturno de
Chile y también con algo de invención y cambios de género y personajes
transformados en la aún mejor Estrella Distante. “Allá atendían muy bien y no me molestaba que
me convidaran churrascos, cigarrillos y whisky” dijo Gonzalo Contreras uno de
los escritores que pasó por la casa taller de la Callejas. Lo sórdido, todo se
vuelve en esos tiempos y en esa casa algo espeluznante. Pasaban muchas cosas en
esa casa. Como el asesinato del diplomático español Carmelo Soria, quien fue
torturado ahí y muerto con gas sarín. Aterrador.
Buscar justificaciones para todo
eso es un acto de cobardía, no haber sabido, hacerse los lesos todos esos años
también lo es. Queda la verdad y falta la justicia.
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