En lo que creo (J.G. Ballard)

"Creo en mis propias obsesiones, en la belleza del choque de autos, en la paz del bosque sumergido, en la excitación de un balneario desierto, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos para coches de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados"

viernes, 15 de marzo de 2013

Pasó el verano, pasó el vendaval.


Pasó el verano, pasó el vendaval. Recuerdos llenos de rostros familiares, recuerdos fragmentados, recuerdos de aventuras que se repiten verano a verano en Iculpe, Lago Ranco. El apellido de la familia es Vasco –en su origen- pero bien podría ser italiano, con drama y todo, con tutti cuanti.

Uno se acostumbra a la tormenta, finalmente al diluvio, el exceso se vuelve parte de la monotonía de estos dos intensos meses. Las niñas lo sienten así, antes de la sensación de soledad y abandono de los primeros días de marzo llegaron nuestras primeras mascotas de la que será nuestra larga historia familiar canina gatuna. Con esta “cultura familiar vernácula” no le temo a la idea. Estoy rodeado de femeneidad, de mujeres, de hembras. Sandra, Violeta, Ema, Lulú y Laika en orden cronológico. Todas ellas viven conmigo, bajo el mismo techo. Es una locura exquisita, cuando las tres primeras no me quieren ver ni en pintura siempre está Laika y Lulú. Laika es la perrita que adopté en una esquina de Osorno. Laika es la perrita que sin haber cambiado sus dientes ya me acompañaba en el Yaris escuchando Neil Young y después a un  Nick Cave bien tristón. Laika es la perrita que ladró por primera vez cuando la hice asomarse por la ventana del auto para que viera las vacas de Don Mateo Oporto. Laika es mi regalona, negra, de pelos que supongo van a ser largos, piolita. No cómo Lulú que con sus uñas me rompe el par de chalecos aceptables para el trabajo. Pero a Lulú las niñas la adoran, juegan con ella, se cuelga de ellas. Laika y Lulú se quieren como si fueran hermanas, tal vez lleguen a serlo vaya uno a saber. Una cosa lleva a la otra.

Hay cosas que no saben y me gustaría contarles –contarme-, detalles. En nuestra casa tenemos unos ventanales casi groseros, tanto que por la noche desde nuestra cama hemos descubierto 4 estrellas en la panorámica 3D. Ojo, desde la cama. Comprenderán que así las cosas ni Primer Plano parece ser interesante. Otro detalle de avanzada, por la espalda de la casa, digamos el muro que da a la laguna y no al lago jajajajajajaja la cagó la descripción, cualquiera que no conoce el lugar pensará que estoy siendo un poco exagerado, alucinado, barza, un fanfarrón. Pero es la verdad, por el lado que da a la laguna tengo un dispositivo especial para colgar horizontalmente las cañas mosqueras. Es decir por momentos mi casita parece Lodge de Pesca, una siutiquería bacana. Sobre el mismo asunto, les informo que después de pescar en varios ríos de la provincia región, considero que el mejor es el Iculpe y está a solo pasos por el lado poniente de mi casa (últimas risotadas ahogadas).

En las próximas semanas estamos instalando la estufa a combustión, algo que será un evento, un punto de inflexión en la realización de los sueños de amorío con mi Rusia hermosa.

Notas de la familia granja:
Primera: El Visón canalla está desaparecido, no me confío, no creo que se exilie ni nada, simplemente está asesinando en otro lugar, esperando que las gallinas comiencen a tener polluelos.
Segunda: El gallo Claudio se mudó definitivamente donde la Carmen y el Tata, este plumífero es astuto y en poco tiempo se ha transformado en un potencial dictador. Es de cuidado, quizá le quite el sitial a Martin el perro más lindo del universo.